Os pongo un ejemplo de narración con diálogo.
EL KOALA PERDIDO
Erase una vez un Koala muy chiquito que se perdió en el bosque y estaba muy triste porque extrañaba a su mamá.
Un día amaneció junto a una gallina y la gallina le preguntó:
Un día amaneció junto a una gallina y la gallina le preguntó:
-¿Quién eres tú?
-Yo soy Roberto - dijo el Koala.
-Yo soy Roberto - dijo el Koala.
Entonces la gallina lo echó de su casa.
El Koala se fue muy triste a buscar a su mamá y por la noche tenía mucho miedo. Al día siguiente amaneció con un búho.
-¿Quién eres tú? - le preguntó el señor búho.
-Yo soy Roberto- dijo el Koala y el búho lo echó de su casa.
El Koala se fue muy triste a seguir buscando a su mamá. Llegó otra vez la noche y Roberto buscó un lugar para dormir. Al día siguiente amaneció con una mariposa.
-¿Quién eres tú? —le preguntó la mariposa.
El Koala se fue muy triste a buscar a su mamá y por la noche tenía mucho miedo. Al día siguiente amaneció con un búho.
-¿Quién eres tú? - le preguntó el señor búho.
-Yo soy Roberto- dijo el Koala y el búho lo echó de su casa.
El Koala se fue muy triste a seguir buscando a su mamá. Llegó otra vez la noche y Roberto buscó un lugar para dormir. Al día siguiente amaneció con una mariposa.
-¿Quién eres tú? —le preguntó la mariposa.
-Yo soy Roberto —respondió el Koala.
-¿Y qué haces aquí, por qué no estás en tu casa? —preguntó la mariposa.
-Me perdí y no sé cómo llegar a mi casa, no sé cómo encontrar a mi mamá —respondió Roberto.
-No te preocupes —dijo la mariposa— yo te voy a ayudar a encontrar a tu mamá; ven, vamos a buscarla.
La mariposa sabía en qué parte del bosque vivían todos los koalas, así que no tardaron mucho tiempo en encontrar la casa de la señora Koala.
¡Por fin llegaba a su casa! Roberto y su mamá se pusieron muy felices.
-Ahora sí-pensó Roberto- puedo dormir tranquilo porque gracias a mi amiga la mariposa, ya nadie me va a echar de esta casa.
-¿Y qué haces aquí, por qué no estás en tu casa? —preguntó la mariposa.
-Me perdí y no sé cómo llegar a mi casa, no sé cómo encontrar a mi mamá —respondió Roberto.
-No te preocupes —dijo la mariposa— yo te voy a ayudar a encontrar a tu mamá; ven, vamos a buscarla.
La mariposa sabía en qué parte del bosque vivían todos los koalas, así que no tardaron mucho tiempo en encontrar la casa de la señora Koala.
¡Por fin llegaba a su casa! Roberto y su mamá se pusieron muy felices.
-Ahora sí-pensó Roberto- puedo dormir tranquilo porque gracias a mi amiga la mariposa, ya nadie me va a echar de esta casa.
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